Los peligros de la "vagina perfecta"
BBC Ciencia
Las operaciones estéticas vaginales incluyen la eliminación de tejido sobresaliente de los labios vaginales.
Un estudio advierte de la falta de información sobre los riesgos de la cirugía estética vaginal, una práctica cada vez más popular.
La investigación -publicada en una revista especializada británica- cuestiona, además, los fundamentos éticos de someter los genitales a criterios estéticos.
Las operaciones quirúrgicas para mejorar la apariencia de los órganos sexuales por motivos físicos o psicológicos están aumentando en Reino Unido.
Ante este fenómeno, investigadores del University College de Londres revisaron todos los estudios que existen sobre cirugía estética vaginal, y encontraron que no se ha hecho mucho esfuerzo en documentar los efectos secundarios que puede tener a largo plazo.
Sin embargo, algunos cirujanos plásticos opinan que las advertencias del citado informe exageran los riesgos de un procedimiento que se practica en este país desde hace años.
Inseguridad y presión social
Las intervenciones más frecuentes consisten en reducir el tejido de los labios vaginales y cuestan alrededor de U$5000 en el sector médico privado.
La inseguridad es alimentada por la publicidad que propone una apariencia genital homogeneizada y prepúber a todas las mujeres
Lih-Mei Liao, autora del informe e investigadora del University College de Londres
Se ofrecen como solución a distintos problemas: algunas mujeres se quejan de que se sienten incómodas al usar ropa ajustada o al montar en bicicleta, mientras que otras dicen sentirse avergonzadas delante de sus compañeros sexuales.
Pero la ginecóloga Sarah Creighton y la psicóloga Lih-Mei Liao –autoras de la investigación- cuestionan el valor ético de ofrecer cirugía para resolver ese tipo de inseguridades.
Según las expertas, lo que causa tales ansiedades es la presión social y la publicidad de “una apariencia genital homogeneizada y prepúber”.
También sugieren que cualquier dolor generado por un exceso de tejido en los labios vaginales tiene más probabilidades de tener una raíz psicológica.
Y como argumento, lo comparan con la protuberancia genital masculina, que es mucho mayor y no causa incomodidad.
Como alternativa a la cirugía, opinan Creighton y Liao, es preferible el apoyo psicológico.
Riesgos
El número de mujeres que se someten a operaciones estéticas vaginales en el Reino Unido se desconoce porque la mayoría se realizan en el ámbito privado.
Pero el año pasado estos procedimientos aumentaron en el servicio público de salud británico (NHS, por sus siglas en inglés) un 70% -a 1.118 casos- en comparación con el año anterior.
Se trata esencialmente de remover un poco de carne flácida y de dejar unos labios con aspecto elegante. La intervención no afecta la función sexual
Douglas McGeorge, ex presidente de la Asociación Británica de Cirujanos Plásticos
Según los numerosos estudios que fueron examinados por las investigadoras, las principales razones para la cirugía son: insatisfacción por el aspecto de la vagina, baja autoestima y dificultades sexuales.
Sin embargo, la doctora Creighton encuentra que lejos de aliviar los problemas sexuales, la intervención quirúrgica podría aumentarlos al dañar los nervios del área, afectando la sensibilidad y la satisfacción sexual.
También sugiere Creighton que las mujeres que se someten a estos procedimientos podrían tener problemas en el parto –desgarros y hemorragias- similares a los que pueden enfrentar quienes han sufrido mutilaciones genitales.
Otras opiniones
En contraposición, el ex presidente de la Asociación Británica de Cirujanos Plásticos, Douglas McGeorge, rechaza de plano la comparación con la ablación del clítoris.
McGeorge dice a la BBC que la operación estética es un procedimiento menor con poco riesgo de complicaciones.
“Se trata esencialmente de remover un poco de carne flácida y de dejar unos labios con aspecto elegante. La intervención no afecta la función sexual”, explica McGeorge.
Por su parte, la cirujana Angelica Kavouni, experta en cirugía vaginal, opina que no es correcto “aterrorizar a las pacientes” con la idea de consecuencias negativas a largo plazo.
“Esta es una operación que realizamos desde los años ’70. Cualquier intervención mal efectuada acarrea riesgos, pero si se hace adecuadamente no tiene por qué”.
“He rechazado operar a algunas mujeres porque consideré que no tenían ningún problema, pero en los casos de hipertrofia grave –cuando el tejido cuelga y es oscuro- la cirugía es una solución sencilla”, afirma la cirujana.
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sábado, 14 de noviembre de 2009
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