sábado, 16 de junio de 2012

CARCEL DE REHABILITACION SEXUAL

La cárcel donde se combaten los delitos sexuales con castración química Liz Shaw BBC 16.06.12 El 70% de los reclusos están allí por cometer actos de pedofilia. La prisión de Whatton en Nottinghamshire, en el centro de Inglaterra, no se parece a las demás. Cada uno de sus 840 reclusos ha cometido un delito sexual y el 70% son pedófilos. Este centro de rehabilitación es el más grande de Europa en su tipo. Sólo aquellos que han aceptado someterse a un tratamiento son admitidos en esta cárcel, aunque para ello deban esperar hasta tres años. La mayoría de los programas para tratar a los culpables de delitos sexuales recurren a terapias psicológicas grupales. Pero en esta cárcel se está probando algo distinto: el uso de fármacos para inhibir los pensamientos y las urgencias sexuales. Lynn Saunders, directora de la prisión, trabaja con este tipo de criminales desde hace 20 años y adora su trabajo. Según explica, la evaluación inicial de este programa piloto con drogas para refrenar la libido -que comenzó en agosto de 2009- muestra que está funcionando. "Esto no le garantiza al preso su libertad, es parte de una serie de iniciativas que tenemos que implementar para que los presos puedan demostrar que ya no representan un peligro tan grande" Lynn Saunders, directora de la prisión de Whatton El programa se encuentra recién es su primera fase y el número de presos que participan es bajo -cerca de 60-, pero los gráficos muestran que el deseo sexual o el tiempo que los presos hablan sobre sexo ha disminuido. El Ministerio de Justicia está satisfecho con estos resultados y continuará ofreciendo el programa a los reclusos que corren más riesgo de volver a incurrir en los mismos crímenes y que han respondido positivamente al tratamiento. "Los resultados son esperanzadores", dice Saunders, "y lo más importante es que es un esquema voluntario". "Esto no le garantiza al preso su libertad, es parte de una serie de iniciativas que tenemos que implementar para que los presos puedan demostrar que ya no representan un peligro tan grande", añade. El caso de David Los expertos están experimentado aquí con dos clases de drogas: inhibidores selectivos de la recaptura de la serotonina (ISRS), más conocidos como antidepresivos y antiandrógenos. "Uno de estos grupos de fármacos actúan en el cerebro, bajando el volumen de los pensamientos sexuales. El otro deprime la testosterona. Al hacerlo, reduce el nivel de excitación sexual", le dijo a la BBC Adarsh Kaul, director clínico de Salud de Nottinghamshire. "Quiero asegurarme de no cometer más delitos. Entiendo que la comunidad me perciba como un malvado, pero creo que lo que hice es malvado, no yo" David, recluso David (cuyo nombre -y el de los otros presos que figuran aquí- fue cambiado para proteger su identidad) tiene treinta y pico de años. Fue declarado culpable por haber mantenido conversaciones de índole sexual con una niña de 14 años. "No puedo imaginarme lo difícil que fue para ella", dice David, quien reconoce que su falta puede afectar a su víctima por el resto de su vida. Él me cuenta cómo solía fantasear con adolescentes. Ahora, está tomando antidepresivos por su propia voluntad. Dice que su preocupación por el sexo se redujo significativamente. "Quiero asegurarme de no cometer más delitos. Entiendo que la comunidad me perciba como un malvado, pero creo que lo que hice es malvado, no yo". Derecho a la rehabilitación

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