sábado, 3 de noviembre de 2012


30 años de cine porno brasileño: de ayer a hoy
Gerardo Lissardy
BBC Mundo, Brasil
Las mujeres podían tener algún kilo de más, los hombres prominentes barrigas, los pubis depilados eran extraños, las voces y gemidos de placer se doblaban, y las escenas más fuertes parecían casuales: la primera película porno brasileña cumple 30 años y muchos la evocan con nostalgia.
"Cosas eróticas", del director ítalo-brasileño Raffaele Rossi, fue el debut de Brasil en el cine de sexo explícito, una industria nacional que se reinventó, ganó fama mundial y movió fortunas, pero hoy está en crisis.
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Dos libros, un documental y artículos en medios locales recuerdan el estreno del filme en 1982, aún en dictadura militar brasileña, que atrajo más de 4,5 millones de personas a las salas y hoy es visto como tímido.
"Nuestro primer filme pornográfico es bastante inocente", le dice Hugo Moura, autor junto a Denise Godinho del libro "Cosas eróticas-la historia nunca contada de la primera vez del cine nacional", a BBC Mundo.
Hay quienes creen que el contraste entre el día y la noche entre las películas de sexo explícito brasileñas del pasado y las actuales es una señal peculiar de los cambios sociales, culturales y políticos que tuvo este país. Pero, ¿en qué se diferencian exactamente las cintas porno brasileñas de ayer y hoy?
"Del día a día"
"Cosas eróticas" fue una derivación de las denominadas "pornochanchadas", un género brasileño de comedias picantes con contenido erótico pero sin sexo explícito.

Algo que no ha cambiado, entre el pasado y el presente, es la tendencia a mostrar a las mujeres como objetos sexuales.
Concebidas en un área de producción de Sao Paulo llamada "Boca do Lixo" (Boca de basura), esas cintas fueron populares en el Brasil de los '70, cuando en Estados Unidos hacía furor el clásico porno "Garganta profunda".
El filme de Rossi canalizó así una demanda insatisfecha en este país por producciones sin tapujos, pero su formato con tres historias separadas tenía la misma estructura de las "pornochanchadas".
Moura explicó que se trató más bien de una comedia de costumbres, donde las penetraciones se mostraban con menos luz que en las películas porno de la actualidad y el sexo oral con mayor distancia.
"Es un filme que muestra bien el sexo del día a día, que se practica en casa", asegura Moura, quien también realizó con Godinho un documental sobre el tema.
"Cuerpo popular"
Parte de esas diferencias se deben a la censura que imponían los militares en el gobierno de Brasil, que obligaban a enviar todas las películas a Brasilia para pasar por la tijera del régimen.
"Brasil producía muchos filmes, porque tenía un contenido que interesaba al mundo entero: el material humano brasileño, la mujer brasileña, interesa mucho afuera"
Evaldo Shiroma, de la Associación Brasileña de Empresas del Mercado Erótico
El diario O Globo recordó recientemente que el entonces presidente João Baptista Figueiredo llegó a denunciar en aquel momento que "la obscenidad y la pornografía se infiltraron por todos lados".
Pero el filme también refleja los "estereotipos de belleza" de la época, explica Moura.
"'Cosas eróticas' asumió el cuerpo popular de Brasil y las películas de hoy quieren cuerpos perfectos", dice.
Por la falta de estudio donde grabar banda sonora, la película incluyó un tema del filme "Tiburón" de Steven Spielberg y por la falta de tecnología para captar imagen y audio a la vez, el sonido era doblado luego, relata el libro.
Una de las voces de los actores, precisa, fue grabada por el mismo actor que doblaba a Pedro Picapiedras, lo que sorprendía a muchos en las salas.
"La importancia de 'Cosas eróticas' no es estética, es sociológica", escribe André Barcinski, un crítico de Folha de Sao Paulo que piensa que el filme es de mala calidad.
"Aquella picardía"
Cosas Eróticas
El estreno en 1982, aún en dictadura militar brasileña, atrajo más de 4,5 millones de personas a las salas.
Claudio Cunha, un brasileño que en 1984 dirigió "Oh! Rebuceteio", un clásico local del género de sexo explícito, indicó que una diferencia con la actualidad era la preocupación por el guión.
"Los objetivos eran diferentes", le dice a BBC Mundo.
"Mi intención era contar una historia en tono de surrealismo".
A su juicio aquel cine porno "terminó pasando a los llamados filmes de motel, donde la escena de sexo es mostrada exhaustivamente".
"Se perdió aquel tono divertido, aquella picardía que tenía el cine brasileño", agrega.
En procura de mantener su capacidad de sorpresa, el cine porno brasileño comenzó a reinventarse con escenas cada vez más insólitas, incluidos actos de zoofilia.
No obstante, algo que no ha cambiado en los filmes de este tipo del pasado y actuales es la tendencia a mostrar a las mujeres como objetos sexuales.
"Camino cierto"
Evaldo Shiroma, de la Associación Brasileña de Empresas del Mercado Erótico (ABEME) señala que entre 2001 y 2002 ocurrió el auge género en Brasil, que comenzó a competir de igual a igual con Europa.
"Brasil producía muchos filmes, porque tenía un contenido que interesaba al mundo entero: el material humano brasileño, la mujer brasileña, interesa mucho afuera", señala.
En aquellos años movilizaron hasta US$500 millones por año, sostuvo, pero actualmente la industria está en crisis y apenas involucra unos US$50 millones.
Shiroma indica que la caída se debe a factores como la piratería y la irrupción de internet, que forzaron el cierre de varias productoras.
Pero otros como Cunha creen que el problema fue haber pasado a "lo explícito por explícito", alejándose de la fuente original que hizo popular el género.
"Con las 'pornochanchadas'", dijo, "estábamos en el camino cierto".

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